Para aplicaciones industriales exigentes, las tuberías metálicas hecha de acero al carbono o acero inoxidable son la elección tradicional. Sin embargo, con la significativa amenaza que plantea la acumulación de sarro para los metales, ¿las tuberías industriales de CPVC podrían ser una mejor opción?
Si tu planta de trabajo únicamente usa tuberías de metal, es posible que estés pasando por alto otras alternativas viables. Y es que las tuberías de policloruro de vinilo clorado (CPVC) presentan ventajas importantes sobre el metal en ambientes propensos a la formación de sarro.
La formación de sarro y sus consecuencias
El sarro es la acumulación de iones alrededor de las paredes interiores de una tubería, y es una amenaza importante para los sistemas industriales.
La formación de sarro puede hacer que tu sistema de tuberías experimente efectos secundarios perjudiciales como:
- Restricción del diámetro de la tubería, ahogando el flujo.
- Pérdida en la eficiencia de la bomba.
- Aumento de presión dentro del sistema.
- Obstrucción de filtros y contaminación de fluidos por desprendimiento de sarro.
Los iones metálicos son solubles a ciertos niveles de pH y rangos de temperatura, lo cual permite que fluyan a través de las tuberías con poco o ningún problema. Pero si el fluido donde se disuelve un metal cae fuera de su rango de solubilidad, los iones pueden salir de la solución y adherirse a las paredes del tubo metálico. Estos iones se acumulan con el tiempo y crean lo que parece sarro en el interior de la tubería.
Los procesos que involucran magnesio, calcio, hierro, aluminio y sílice suelen tener un mayor riesgo de formación de sarro. El calcio, por ejemplo, tiene un rango muy reducido de solubilidad, volviéndolo propenso a salirse de la solución y, por lo tanto, adherirse a las paredes de los tubos de metal.
El papel de la instalación en la prevención del sarro
El sarro tiende a acumularse donde hay remolinos en el flujo. Los remolinos se pueden encontrar cerca de imperfecciones en la tubería, por ejemplo, alrededor de los cordones y bridas. A medida que el fluido se junta en estos remolinos, se desarrolla una concentración de iones que aumenta la probabilidad de formar depósitos.
Para limitar las posibilidades de que se forme sedimento, se requieren técnicas y equipos de soldadura especializados. Hay trabajadores experimentados y altamente calificados que generan soldaduras de cordón de tuberías de metal lisas. Ese talento tienen una gran demanda y, en consecuencia, puede resultar personal costoso.
Aun así, tener soldaduras de cordón perfectas no resolverá el problema de formación de sarro. Las tuberías de metal siempre serán propensas a acumular sarro donde la velocidad de los fluidos se ralentiza dentro del sistema.
Elige Corzan® CPVC para prevenir la formación de sarro
Con Corzan® CPVC no hay problemas de formación de depósitos. Es un material termoplástico cuyos elementos no atraen a los iones metálicos, manteniendo el interior de la tubería libre de acumulaciones. Si quieres evitar problemas de velocidad de flujo, costos de bombas y reparaciones de tuberías costosas, considera el desempeño del policloruro de vinilo clorado, que es un material confiable para tuberías industriales.
La tubería de CPVC puede ser inmune a la formación de sarro, mientras que las tuberías de metal no lo son, pero, ¿cómo se comparan en otras categorías clave? Consulta nuestro comparativo de materiales para detalles sobre temperatura, presión, formación de sarro, costo de instalación, valor del ciclo de vida y más.
>>También puedes consultar nuestro blog: Preguntas frecuentes sobre el CPVC <<
